Capilla Nuestra Señora de la Asunción

La radicación de familias católicas en nuestra localidad, urgió la necesidad de construir un lugar para las manifestaciones de fe. La primera construcción fue un pequeño edificio precario y de características rústicas en un terreno donado por el Sr. Pedro Viola.

Uno de los primeros sacerdotes que residió en Crispi fue Giácomo Donnarumma. A partir de 1909 los sacerdotes comenzaron a vivir en la localidad de Castelar desde donde venían a prestar sus servicios espirituales.

En 1905, por falta de una habitación adecuada, los miembros de la Comisión de Fomento y de la Parroquia, previa autorización del eclesiástico a cargo, resuelven que en ella se desarrollen, en forma provisoria, las actividades de la escuela fiscal.

En los primeros meses del año 1942 se llevó a cabo la edificación de la capilla actual (foto superior) al frente de la construcción antigua. El lugar donde se encuentra situado el altar actualmente coincide aproximadamente con la puerta de entrada del templo anterior. Esta nueva construcción de la Capilla Nuestra Señora de la Asunción fue bendecida el 15 de Agosto de 1942. La imagen de la Santísima Virgen instalada en el templo fue traída desde Italia por una de las primeras familias que llegó a Crispi (Familia Marchetti).

En el año 1963 se comenzó a recolectar dinero para construir un campanario y remodelar el frente. Monseñor Enrique Príncipe, en representación del Obispo de Santa Fe, realizó la ceremonia de bendición, desde lo alto de la torre pendían cintas blancas cuyos extremos eran sostenidos por parejas que actuaban de padrinos.
En 1988 se realizó un remate de elementos en desuso que la comunidad aportaba y lo recaudado sirvió para reciclar el altar. Años más tarde se realizó la campaña del m2 cuadrado de madera para revestir las paredes internas.

Muchos son los sacerdotes que pasaron por la Capilla Nuestra Señora de la Asunción, pero en la actualidad se encuentra a cargo de la misma el Padre Omar Cortesi de la ciudad de Sastre.

Club Social y Deportivo Crispi

Un Club es un lugar creado para la expresión de todos los individuos de una comunidad y, es por eso que, todo tipo de eventos, ya sean culturales, educativos, religiosos o cívicos, mantienen una estrecha relación con esta entidad, ya que abre sus puertas a cada una de las celebraciones o acontecimientos que se realizan y que son organizados desde el ámbito institucional o privado, como ocurre en nuestra localidad.

El 1 de Junio de 1939, en el antiguo edificio comunal, se reunieron un grupo de personas con fines concretos, ya sean culturales, deportivos, etc. A partir de allí surgió una Comisión Provisoria compuesta por nueve integrantes destinada a confeccionar los Estatutos reglamentarios mediante los cuales se regirán estos objetivos.

La primera Comisión Directiva estuvo conformada de la siguiente manera: Dr. S. Dellisanti (Presidente), J. Ulla (Vicepresidente), J. Pelganti (Secretario), J. Brusulasco (Pro secretario), F. Francia (Tesorero), J. Madonna (Pro tesorero) y los vocales: J. Córdoba, M. Osella y S. Marchetti.

Cumplimentadas las gestiones ante el Superior Gobierno de la Provincia para la obtención de la Personería Jurídica y la aprobación de los Estatutos, la Comisión comienza a trabajar sobre el proyecto de la construcción del edificio actual del club.

Para la construcción de la sede, ofrecieron en donación diferentes terrenos; y los directivos, luego de un estudio concreto, optaron por el propuesto por el Señor Francisco Francia.

A través de un crédito otorgado por el Banco de la Nación Argentina, sucursal Sastre, logran cancelar los gastos que demanda la edificación.
Un hecho relevante y que es digno de destacar es que el salón actual fue construido en apenas 75 días.

El Club Social Crispi, como se lo llamó en un primer momento, abre sus puertas con un baile popular el día 15 de Agosto de 1939. En aquella ocasión actuó la orquesta de Jorge Bermúdez.

En el año 1945, se realiza una reforma de los estatutos y pasa a denominarse Club Social y Deportivo Crispi, como se lo conoce actualmente. En esos estatutos también se designaron los colores azul y blanco para representar a la institución.

Actualmente el Club cuenta con sede social, cancha de fútbol, salón con capacidad para 500 personas y un edificio con tres canchas de bochas.

Media Luna

EX FÁBRICA DE PRODUCTOS LÁCTEOS MEDIA LUNA S.R.L.

El distrito de Crispi está conformado por tres zonas que poseen nombre propio: Colonia Crispi, Media Luna y Las Yerbas.

El Campo Media Luna, antes de 1883 fue propiedad de Estanislada de Lessa. Casi una década más tarde, a pedido del fundador de nuestra localidad, Robert Williams Traill, aparece como Campo de Kidd, Norton y Jacksson. En 1911, la Sociedad Anónima Union Estates Limited de Inglaterra, vendió el campo a los señores José Botto, Carlos Brebbia hijo, Hércules Aghina y Miguel Durando e hijo. A partir del año 1916 esta sociedad comenzó a subdividirse y vender los terrenos y, este sector, Media Luna, se fue poblando por los propietarios que alcanzaban a comprar esas tierras.

Las fotografías que se observan corresponden a la ex fábrica de lácteos ubicada en el sector noreste de Crispi en el Campo Media Luna. Fue inaugurada en la década del ´40 por los señores Mario y Francisco Francia. El motivo de la instalación de esta industria fue debido al auge de la producción lechera, que a pasos firmes iba ganando terreno y desplazando, de alguna manera, al sector agrícola.

En una primera etapa, la fábrica contaba con cinco empleados que se dedicaban a la elaboración de quesos pategrás, suizo y fontina.

Siete años más tarde, la industria se denominó MEDIA LUNA S.R.L. y sus productos comenzaron a venderse con la marca Crispeño.

En la década del ´70 (1975), la fábrica se vende nuevamente. Esta vez fue adquirida por los señores Darío, Emilio, Raúl y Miguel Angel Vicco, bajo la firma Eureka y continuaron trabajando 20.000 litros de leche diarios con 25 empleados.

La MEDIA LUNA, como siempre fue conocida, lamentablemente tuvo que cerrar sus puertas debido a la inundación que se produjo en el año 1981, lo que fue el capítulo final de lo que había sido brillante para la economía de nuestra localidad.